En primer lugar, hemos puesto en operación programas específicos y lo hemos logrado de manera rápida y concreta, brindando calidad en todas las intervenciones de las líneas de acción. Un segundo aspecto es que las comunidades se han hecho parte activa de los proyectos, asumiéndolos como su proyecto de vida.
En esa medida, hacemos realidad la promesa de nuestro nombre como Fundación: un oleoducto vivo. porque hacemos parte del proyecto de vida de muchas comunidades. Por último, pero no menos importante, estamos contribuyendo a que la población y las empresas, especialmente las del sector hidrocarburos, tengan un diálogo creativo, productivo y una conversación en torno a temas positivos y de largo plazo para los territorios.